Encuentro Juvenil d’Alzoniano 2025: Jóvenes que dan rostro nuevo a la fe

Durante tres días, la comunidad de Calmeca, Puebla, se convirtió en el corazón joven de la Familia Asuncionista. Más de 200 jóvenes provenientes de Tecamachalco, Chavaxtla, Córdoba, Tlilapan, Magdalena, Tepetzingo, Tepexco, Calmeca y Ciudad de México se reunieron para celebrar el Encuentro Juvenil d’Alzoniano 2025, una experiencia que desde los años 90’s recuerda el aniversario de la Pascua del Venerable P. Emmanuel d’Alzon, nuestro fundador.

El d’Alzoniano se ha convertido, con el paso del tiempo, en un espacio donde la espiritualidad de la Asunción se expresa en comunidad. Este año en el encuentro participaron nuestras hermanas Religiosas de la Asunción, Oblatas de la Asunción y Orantes de la Asunción. Cada congregación aportó su mirada y su servicio, recordando la intuición profética del P. d’Alzon: formar cristianos que trabajen por “extender el Reino de Dios en nosotros y a nuestro alrededor”.

Uno de los momentos centrales del encuentro fueron los paneles en grupos pequeños donde se reflexionó el documento del Papa Francisco Christus Vivit. Los jóvenes compartieron inquietudes, dudas y esperanzas, descubriendo que la Iglesia no solo les habla, sino que también los escucha y aprende de ellos. El mensaje que resonó con fuerza es que Jesús no les pide ser espectadores, sino protagonistas del presente, porque como dice Francisco, “Cristo vive y te quiere vivo”.

Las familias de Calmeca vivieron el encuentro con un corazón generoso. Abrieron sus casas para hospedar a los jóvenes que venían de otras comunidades. Hubo quienes compartieron alimentos, pláticas y risas; para muchos muchachos, esa experiencia de hospitalidad fue un signo real del “Dios que acoge”.

El sábado por la noche tuvo lugar la tradicional Noche de Talentos, donde cada zona presentó un número creativo: poemas, bailes, cantos y pequeñas actuaciones que mostraron la riqueza y la diversidad de cada comunidad. La celebración continuó con un concierto del grupo Tumbarullos, que hizo vibrar a todos. Fue un momento de auténtica alegría cristiana: jóvenes cantando, bailando y celebrando la vida como un don de Dios.

El domingo 16, último día del encuentro, se realizó una marcha por las calles del pueblo. Con cantos, pancartas y oraciones, los jóvenes quisieron proclamar que son testigos de un Cristo con rostro joven, un Cristo que sigue caminando en medio de ellos y que les invita a transformar el mundo.

En un tiempo marcado por la violencia, la drogadicción y la delincuencia, este tipo de encuentros se vuelven más urgentes que nunca. Educar a los jóvenes hoy significa guiarlos a descubrir que la fe no es una huida, sino una fuerza que humaniza, que sana heridas y que impulsa a comprometerse con la realidad. No basta contemplar el Reino, hay que trabajarlo.

Este encuentro no habría sido posible sin el enorme esfuerzo del grupo de Fraternidad Asuncionista, que organizó la mayoría de las actividades, trabajó arduamente por conseguir los recursos económicos y acompañó con dedicación cada momento. Su servicio discreto, alegre y perseverante hizo visible la vida fraterna que tanto insistía el P. d’Alzon.

El d’Alzoniano 2025 dejó claro que la Iglesia sigue viva donde hay jóvenes que creen, que buscan y que construyen esperanza. Hoy más que nunca, su misión es grande, pero también hermosa: ser luz donde muchos solo ven oscuridad. Que resuene para ellos esta palabra del Evangelio, como envío y promesa: “Ustedes son la luz del mundo; que brille así su luz delante de los hombres.” (Mt 5,14.16) Y que, al estilo de la Asunción, sigan anunciando y trabajando por el Reino de Dios en ellos y a su alrededor.

                                                              Por Hno Rafael Huerta Ramos, a.a.